Aprender a reconocer y regular tu Estrés

Amanda Celis encuentra tu punto optimo
"Cambiar nuestra relación con el estrés no es algo que suceda de la noche a la mañana. Requiere de un enfoque basado en la curiosidad interna y la paciencia contigo mismo/a. Si seguimos operando en “piloto automático”, no podemos aprender ni evolucionar."

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¿Sabes reconocer los signos de estrés antes de que te desborden?

A diario escuchamos hablar de controlar, gestionar o manejar el estrés. Pero, ¿y si en lugar de verlo como un enemigo podemos entender que la respuesta de estrés de nuestro cuerpo es una reacción natural y adaptativa? Cuando nos sentimos tensos, ansiosos o en alerta, nuestro cuerpo simplemente está respondiendo a la demanda percibida de una situación, buscando la mejor forma de mantenernos en alerta y a salvo. ¡Y eso es supervivencia!

Tres puntos clave para entender el estrés

El estrés es una respuesta fisiológica compleja. Esta respuesta depende de dos factores clave: la demanda de la tarea y los recursos que tenemos para afrontarla.

Si mis recursos son suficientes para afrontar la demanda, el estrés no es un problema. Pero si las demandas superan mis recursos, entramos en un tipo de estrés más negativo derivado de este desequilibrio demanda/recursos.

Existen tres tipos de estrés:

    • Distrés o estrés negativo: Estrés excesivo, que nos sobrepasa y puede generar frustración, cansancio y desbordamiento. Y es un factor de riesgo para problemas de ansiedad y otros desajustes fisiológicos y psicológicos.
    • Estrés medio o punto óptimo: Un nivel adecuado que nos activa y nos ayuda a cumplir tareas y objetivos. Un «pico de estrés». Pero prolongado en el tiempo puede llevarnos a un desgaste por estrés crónico.
    • Eustrés: Estrés positivo, que nos motiva, nos hace creativos y nos impulsa a actuar. Hay equilibrio entre la demanda y nuestros recursos.

 

Después de un pico de estrés o de un periodo de estrés prolongado, para volver al equilibrio no siempre hay que reducir las demandas, como tomarse unas vacaciones. A veces, se trata de aumentar nuestros recursos personales, como mejorar nuestras habilidades, conocimientos, pedir ayuda o delegar tareas, ir a un ritmo más saludable y no descuidar otros aspectos de nuestra vida.

La percepción del equilibrio

No se trata solo de las demandas externas, sino de cómo percibimos nuestra capacidad para afrontarlas. A veces, tenemos todo lo necesario para hacer una tarea, pero nuestra percepción de no ser capaces, el temor al fracaso o sentimiento de inseguridad, puede aumentar nuestro estrés innecesariamente. Esto es muy frecuente, por ejemplo, cuando nos enfrentamos a un examen o una presentación, aunque estemos bien preparados. Es difícil tener una percepción objetiva de uno mismo si somos perfeccionistas, autoexigentes y autocríticos.

Regular el volumen de la respuesta de estrés

Como psicóloga, prefiero no hablar de “manejar” o “controlar” el estrés, ya que es una respuesta natural de nuestro cuerpo. En lugar de verlo como algo que hay que eliminar, es mejor pensar que podemos regular la intensidad de la respuesta. Esto implica escuchar a nuestro cuerpo, comprender qué necesitamos y hacer ajustes que nos devuelvan al equilibrio, ya sea reduciendo la demanda o aumentando nuestros recursos internos.

La clave está en la escucha interna: prestar atención a las señales que nuestro cuerpo nos envía y actuar con paciencia y cuidado.

Herramientas para regular el estrés

No existen soluciones mágicas ni atajos rápidos. Pero algunas herramientas pueden ayudarte a comenzar a regular tu estrés de manera efectiva empiezan por:

    • Prestar atención plena a lo que haces en el momento presente (mindfulness de las actividades diarias).

    • Aprender a escuchar y entrenar la respiración para calmar la mente y el cuerpo (ejercicios de respiración).

    • Aliviar la tensión muscular y mejorar la conexión con tu cuerpo con estiramientos y ejercicios suaves como el yoga.

    • Tomarte momentos de descanso mental para desconectar de la “radio interna” y reducir el ruido mental.

El cambio hacia el bienestar

Cambiar nuestra relación con el estrés no es algo que suceda de la noche a la mañana. Requiere un enfoque diferente, basado en la curiosidad interna y la paciencia contigo mismo/a. Si seguimos operando en “piloto automático”, no podremos aprender nada nuevo.

Si sientes que es momento de profundizar tu relación con el estrés y de aprender herramientas prácticas para encontrar tu equilibrio óptimo, te invito a comenzar hoy mismo con mi curso online «Encuentra tu Punto Óptimo de Estrés».

Recuerda:
escuchar a tu cuerpo es el primer paso hacia el bienestar.

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